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Productos OTC y OTX
Los medicamentos OTC están dirigidos principalmente al paciente (consumidor) y en menor...
Los medicamentos RX están dirigidos principalmente al médico y en menor medida a las farmacias. En este caso, el grado de decisión del paciente es menor, casi nulo (puede preferir cierta marca por el precio o por experiencias pasadas, pero confía mucho en el médico o llegado el caso en el farmacéutico). El escenario ideal, teniendo en cuenta que el médico es una influencia decisiva, es la utilización de una marca que se asocie al principio activo. En algunos de estos principios activos, generalmente los más recetados, el galeno puede llegar a tener más de diez (e incluso más de veinte) marcas para elegir. ¿Como hace para recordar tantos nombres? Aquellos más relacionados con las drogas le vendrán más fácilmente a su mente, independientemente de la tarea promocional de cada laboratorio.
Veamos algunos ejemplos. El principio activo amoxicilina está representado por Amoxidal (Roemmers), Amixen (Bernabó), Amoxol (Cassará), entre otros. La amplodipina también cuenta en su haber con varias marcas: Amloc (Pfizer), Amlodicord (Géminis), Amlodine (Eurofarma), Amlosidane (Eczane) y Amlotens (Klonal). Un tercer caso se da con el antitrombótico cilostazol. La lista la componen Cilospaw (Rospaw), Cilostal (Elea-Phoenix), Cilostane (Eczane) y Cilovas (Baliarda).
En otras ocasiones, al igual que en el mercado OTC, se utilizan marcas asociadas al laboratorio. Dos claros ejemplos son Gador y Baliarda.
Gador cuenta con varios productos donde combina su nombre con la patología (el hipolipemiante Gadolip o el laxante Gadolax), con la droga (Gadopril, que contiene enalapril o Gadoferol, que contiene colecalciferol) o con el género del paciente (Gadofem, un producto para las mujeres). Incluso en algunos productos se limita a poner el principio activo seguido del nombre de la compañía, como por ejemplo Atenolol Gador (estrategia que usan las empresas que venden medicamentos genéricos). Esta estrategia es eficaz cuando la compañía es muy conocida por los médicos, sobre todo en aquellas especialidades donde el laboratorio tiene fuerte presencia (Gador es muy reconocido en cardiología, y allí promociona Gadopril y Gadolip). Por su parte, Baliarda promociona marcas donde figura el nombre de la empresa y la indicación de la molécula, tales como Baliartrin (antiartrósico), Baligluc (hipoglucemiante) y Balimuc (mucolítico).

Un caso similar, aunque con otros matices, es Savant. En realidad los productos quedaron con el nombre antiguo de la organización (Fabop). Podemos ver en las estanterías de las farmacias a Fabamox (asociado a la droga, amoxicilina) y a Faboacid o Fabogesic (emparentados con la patologías).
Es muy interesante lo que ocurre con el antineoplásico azacitidina, que cuenta con 3 marcas donde aparecen primero la molécula y luego una referencia al laboratorio: Azamex (Kemex), Azanova (Celonova) y Azateva (Teva).
Por otro lado, hay empresas que han consignado bajo una misma marca el principio activo con la patología, tales son los casos de Diclogesic de TRB-Pharma (diclo de diclofenac y gesic de analgesia), Ibupirac de Pfizer (ibu de ibuprofeno y pirac de antipirético), Finprostat de LKM (fin de finasteride y prostat porque se indica para la próstata) y Lipovastatin de Klonal (lipo porque trata las lipoproteínasy vastatin de atorvastatin). Muy elocuentes son los casos de Dexacort C de Novoplos y Tansiloprost de Finadiet. En el primer caso observamos la triple conjunción de dexa (dexametasona), cort (en alusión a la característica de la molécula, un corticoide) y C (ciprofloxacina). En el segundo ejemplo es notable como se combina la fonética del nombre de la molécula (tamsulosina) con su indicación para la próstata.
La cantidad de ejemplos es casi infinita. Ibufem de Biotenk nos muestra la conjunción del fármaco con la identidad del paciente (ibu de ibuprofeno y fem porque apunta a los dolores menstruales de las mujeres). En la misma línea aparece Tibofem de Merck (tibo de tibolona y fem porque está indicado para la menopausia de las mujeres).
Por último, una mención especial a los nombres comerciales de Baliarda para sus dos antibióticos macrólidos: Azibiotic y Claribiotic (azi de azitromicina, clari de clartiromicina y biotic de antibiótico). No solo logran conjugar la molécula con la patología sino que son dos productos con indicaciones casi idénticas y marcas muy emparentadas, lo cual se traduce en una sinergia promocional.
Hemos visto que asociar la marca a la patología no es patrimonio exclusivo de los productos OTC/ OTX. Los casos de Gador, Baliarda y Savant demuestran que hay varios nombres comerciales de medicamentos RX que también incluyen su indicación.
La sutileza de las marcas de prescripción
En algunas ocasiones, la sugerencia que desliza la marca sobre la patología es más sutil. Por ejemplo, con el principio activo alprazolam (ansiolítico) se comercializan Tranquinal (Bagó), Alplax (Gador) y Xanax (Pfizer). En el primer caso, la marca manifiesta claramente que se trata de un medicamento para la ansiedad. Alplax combina el principio activo con la indicación, pero ésta la expresa de manera sutil (“lax” suena a rélax). Lo propio ocurre con Xanax, que en definitiva es un juego de palabras que se asocia a “anxiety” (significa ansiedad en español).
Veamos más ejemplos donde la alusión a la patología no es tan elocuente.
- Endoclar (Baliarda) y Conexine (Beta) son productos para el alzheimer: la “claridad” mental y la “conexión” con la realidad que busca lograr el paciente.
- Vigicer (Beta) es un agente despertador: la “vigilia” de la persona para estar activo.
- Segurite (Raffo) es un anticonceptivo de emergencia: la “seguridad” que busca la mujer después de no haberse cuidado.
En contraposición, hay nombres comerciales que manifiestan en forma clara y nítida el nombre de la enfermedad. Tal es el caso de Parkinel de Bagó, Alzetix de Gador o Epilepax de Teva. Incluso hay una marca que relaciona la patología con un hueso afectado por la misma: Femorel de Elea-Phoenix. Este producto contiene ibandronato, que se emplea para combatir la osteoporosis (Femorel alude al fémur, uno de los huesos más afectados por esta enfermedad).
El caso Roemmers
Es evidente que las marcas OTC son más conocidas que las RX por la sencilla razón de que se promocionan en medios de comunicación masivos. No obstante, Roemmers cuenta en su cartera de productos con marcas de prescripción que son tan o más conocidas que las de venta libre. Tales son los casos de Amoxidal, Taural y Lotrial. Incluso Sertal, que ahora cuenta con una versión OTC, es también muy popular y seguramente ya gran parte del público la conocía antes de verla por televisión. Este fenómeno explica la dimensión y trascendencia que tiene Roemmers, el líder indiscutido del mercado argentino.
Hay otras marcas éticas que también muy populares, pero con un claro perfil OTX. Entre ellas podemos destacar Magnus (Sidus), Qura (Beranbó) o Factor AG (Casasco).
Gregorio Zidar
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