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Las marcas ideales y el componente subjetivo
A lo largo de este artículo detallaremos que características debiera tener una...
Los medicamentos OTC están dirigidos principalmente al paciente (consumidor) y en menor medida a las farmacias. En estos casos, es recomendable emplear una marca que se asocie a la cualidad del producto, a la patología a la cual apunta. Es decir, el nombre debería incluir las promesas del producto, lo que ofrece. Como el médico no interviene en la decisión de compra (ergo no hay marca escrita en la receta), el consumidor recordará con mayor facilidad un nombre asociado a la patología que lo esté afectando. Esto también ayuda al farmacéutico a la hora de la recomendación.
A continuación citaremos algunos ejemplos de los 4 de los segmentos más grandes del mercado de venta libre:
- Expectorantes: Expectosan (Excelentia), Mucobron (Gezzi) y Pulmosan (Gezzi) denotan en sus nombres la patología, es decir poder expectorar, para lograr una acción mucolítica y tener pulmones sanos.
- Antigripales: Gripaben (Savant), Qura Grip (Bernabó) y Refrianex (Montpellier) son productos para los síntomas de la gripe y el resfriado.
- Malestares estomacales: Digestol (Argenfarma), Espaven (Gezzi) y Aziatop (Ele-Phoenix) hacen referencia a distintos malestares digestivos, espasmos y acidez.
- Antiinflamatorios y analgésicos: Artrostop Gel (Excelentia), Calmoflex (Gezzi) y Nodolerte (Excelentia) abordan patologías como la artrosis y el dolor muscular.
En definitiva, la marca propagada en los medios de comunicación masivos tendrá mayor probabilidad de éxito si logra transmitir con claridad las promesas del producto. Es importante que el consumidor sepa lo que es y lo que hace el producto.
En otras ocasiones, se utilizan marcas asociadas a la empresa que la comercializa, como por ejemplo Bayaspirina (Bayer). Incluso hay laboratorios que han logrado combinar el nombre de la empresa con la patología, tal es el caso de Bagohepat y Bagovit (Bagó) o Pulmocler y Dermacler (Monserrat Eclair), mientras que otras compañías combinaron su nombre con el principio activo (Ibutenk de Biotenk). Estas estrategias son eficaces cuando el laboratorio es muy conocido por los consumidores. Esto no es un proceso sencillo y precisa de una fuerte inversión en comunicación a lo largo del tiempo. Por lo tanto, las campañas publicitarias deben apuntar no solo a determinado producto sino también a la imagen de la organización. Un caso emblemático ha sido la campaña de Bayer: “Si es Bayer, es bueno”.
Finalmente, todo lo dicho hasta aquí también se puede aplicar en forma similar, aunque con matices diferentes, a los productos de recomendación farmacéutica. En estos medicamentos participan de la decisión el médico, el paciente y el farmacéutico, siendo este último el más importante de los tres (aunque esto puede variar según el segmento terapéutico en el que se halle el producto en cuestión).
Por ejemplo, dos drogas con perfil OTX son la loperamida (antidiarreico) y el sildenafil. En el primer caso, encontramos nombres que aluden a su indicación: Suprasec (Janssen-Cilag), Normasec (Ronnet) o Regulane (Finadiet).
Los productos urológicos merecen un párrafo aparte ya que es una de las especialidades donde vemos nombres muy creativos. El sildenafil nos muestra varias marcas que apuntan directamente a la patología (Erectol de Northia), otras a la virilidad del hombre (Egomax de Klonal) y otras a la sensación de placer (Al Máximo de Savant). Otros productos, si bien tienen un perfil más RX, también reflejan la creatividad del marketing farmacéutico en esta especialidad. La dapoxetina, para el tratamiento de la eyaculación precoz, se vende bajo los nombres Extensil (Bernabó) y Prolongal (Bernabó). Y el sucesor del sildenafil, el tadalafilo, está representado por Invictus (Roemmers) y Perdural (Casasco), entre otros.
Gregorio Zidar
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Los medicamentos RX están dirigidos principalmente al médico y en menor medida...