Las raíces militares
Eli Lilly and Company, tal su nombre completo, está situada en Indiana, Estados Unidos. Esta compañía fue creada en 1876 por el coronel Eli Lilly, farmacéutico y veterano de la Guerra de Secesión Americana (1861-1865). Si bien esta personalidad destacada murió en 1898, su legado fue enorme.
Reforzando sus originales militares, George H. Bush, ex presidente de la CIA y ex presidente del país, fue miembro de su Consejo de Administración. No es casualidad la presencia de personas con experiencia militar en la conducción de empresas (ya hemos analizado el caso de Donald Rumsfeld en Searle). La estrategia empresaria ha aprendido mucho de la estrategia militar.
El escritor Henry Mintzberg, en su libro “Safari a la estrategia”, remarca el aporte que hicieron las “máximas militares” a la formulación estratégica empresaria. Destaca, entre otros, a Sun Tzu (autor de “El arte de la guerra”) y a Von Clausewitz (conocido por su tratado “De la guerra”).
Insulinas y Prozac
Si hay dos productos que moldeado la historia y reputación de la organización ellos fueron insulinas y el Prozac.
En las primeras décadas del pasado siglo, Eli Lilly comercializó la primera preparación de insulina, extraída del páncreas bovino y porcino, con el nombre comercial de Iletin. Fue un hito en el tratamiento de la diabetes, enfermedad hasta entonces mortal. En 1982 lanzó la primera insulina humana obtenida por ingeniería genética, bajo la marca Huminsulin, marcando un punto de inflexión en la medicina.
Por otro lado, el antidepresivo Prozac (fluoxetina), cuya aparición se registró a mediados de la década del 80, volvió a la empresa famosa en el mundo entero. Fue bautizada como la “pastilla de la felicidad” y fue un tema muy analizado por todos los medios de prensa mundiales, llegando a ser tapa de la revista Times. Fue otro hito histórico ya que Prozac rompió el tabú que existía sobre los antidepresivos y le allanó el camino a decenas de nuevas drogas (IRSS). Los productos psiquiátricos comenzaron a venderse en grandes cantidades. Como todas las grandes marcas, Prozac tendrá un capítulo aparte en otra entrega.
Prestigio e independencia
Eli Lilly tiene la reputación de haber atraído especialistas reconocidos tanto en el campo de la salud como de la gestión y la investigación. En su nómina de antiguos empleados, entre muchos otros, aparecen nombres destacados como Roald Hoffmann, premio Nobel de Química, o Randall Tobias, coordinador de la política de lucha contra el HIV en el Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos,
Al igual que Servier y un puñado de grandes laboratorios, Eli Lilly ha conseguido mantenerse independiente, y lo que es más importante aún, esa independencia no la ha imposibilitado de ser un protagonista mundial (si bien ya no figura en el Top Ten mundial).
Johnson & Johnson, el laboratorio más popular del mundo
Fama y orígenes
El mundo ajeno a la industria de la salud quizás reconozca tres laboratorios: Bayer (por la Aspirina), Pfizer (por el Viagra) y Johnson & Johnson (por varios productos, aunque muchos de ellos no son medicamentos). Alguno podrá nombrar hoy a AstraZeneca o Moderna, pero es un reconocimiento circunstancial producto de las vacunas contra el Covid 19.
El origen de Johnson & Johnson se remonta a 1885, año en que Edward Mead Johnson se unió a sus hermanos James Wood Johnson y Robert Wood Johnson para crear una línea de vendajes quirúrgicos La empresa comenzó rápidamente a fabricar sus primeros productos y en 1887 se formalizó la corporación. En rigor de verdad, debió llamarse Johnson & Johnson & Johnson porque eran tres hermanos. Pero quizás el nombre era demasiado extenso.
Robert fue el primer presidente de la compañía hasta 1910. Trabajó para mejorar las prácticas sanitarias y prestó su nombre a un hospital en Nueva Jersey. A su muerte, en 1910, llegó a la presidencia su hermano James hasta 1932 y luego su hijo, Robert Wood Johnson II, hasta 1963. Nunca más habría un Johnson en la presidencia. No obstante, el apellido familiar siempre estuvo presente, de alguna manera u otra, respetando las premisas culturales y los valores de la empresa. Orgullo y tradición.
Las marcas genéricas
La fama de Johnson & Johnson proviene de marcas que lograron convertirse en un genérico. Si bien es cierto que muchos no asocian las marcas a la empresa, el renombre y prestigio de éstas es inmenso. Tales son los casos de Curita, Cotonetes, Splenda y Listerine (esta última merece un párrafo aparte).
El poder de una marca genérica es enorme. Así como nadie en el supermercado pide mostaza (se exige Savora), nadie solicita en la farmacia una tira adhesiva sanitaria (se exige una Curita) o un hisopo (se exige un Cotonete). Insisto, el poder de estas marcas es gigantesco y socava las posibilidades de la competencia.
Veamos el caso de Curita (Band-Aid es su traducción al inglés). El producto había sido desarrollado en 1920 por el norteamericano Earle Dickson, empleado de Johnson & Johnson, cuando se dio cuenta de que su mujer se cortaba a menudo mientras trabajaba en la cocina y utilizaba vendajes aparatosos que se le desprendían con facilidad. El prototipo le permitió vendar sus heridas sin ayuda. Dickson tuvo un meteórico (y merecido) ascenso dentro de la organización, hasta llegar a la vicepresidencia. En 1924 las tiritas ya se hacían a máquina, y en 1951 se introdujeron las primeras curitas decorativas con personajes de Disney y héroes del mundo Marvel (todos los que tenemos hijos sabemos de la devoción que tienen los niños por aplicarse una curita con alguno de sus personajes preferidos, ¡aún si no tienen lastimadura alguna!).
El curioso caso de Listerine
Listerine fue creado por el Dr. Joseph Lawrence y Jordan Lambert en 1879 como antiséptico quirúrgico, y fue un producto estelar de la compañía Warner-Lambert. Fue nombrado así en honor a Joseph Lister, que contribuyó a reducir en gran medida el número de muertes por infecciones contraídas en el quirófano. Curiosamente, Edward Mead Johnson se inspiró en un discurso de antisepsia de Joseph Lister para unirse a sus hermanos y crear una línea de vendajes quirúrgicos «listos para usar». Así nacía Johnson & Johnson. Curiosamente, más de un siglo después, Listerine terminaría en manos de esta organización cuando en el 2006 se lo compraron a Pfizer (ya había absorbido Warner-Lambert). Son las vueltas del destino.
Diversificación y tamaño
Johnson & Johnson es una organización altamente diversificada con al menos 230 subsidiarias, las cuales son referidas como «Johnson & Johnson Family of Companies» (familia de compañías). Algunas de estas filiales incluyen a Janssen Cilag (ya analizada en artículos anteriores), Neutrógena, Johnson’s Baby y Actelion (empresa de origen suizo del sector biotecnológico adquirida en 2017). Semejante diversificación se ve reflejada en la variedad de productos comercializados: dispositivos médicos, productos farmacéuticos y de cuidado personal, perfumes y productos para bebés, entre tantos otros.
Tal es la relevancia de esta corporación que sus acciones comunes son un componente del índice Dow Jones y está entre las 40 más grandes de los Estados Unidos por ingresos brutos.
Gregorio Zidar