Suiza. Un país pequeño, un gigante farmacéutico mundial

Suiza es famosa por diversas cuestiones. Desde aspectos geopolíticos, como su neutralidad en las 2 Guerras Mundiales, hasta la presencia mundial con sus chocolates o sus relojes (la famosa puntualidad suiza) ¡Incluso Federer fue un gran embajador del país helvético!.

Las empresas de este país europeo fueron casi “obligadas” a competir globalmente por una demanda doméstica, sofisticada, pero claramente pequeña. Al contrario de lo que sucede con WalMart o General Motors, cuyas ventas se dan principalmente en su país de origen (Estados Unidos), la tierra natal de Nestlé y Swatch (Suiza) representa un porcentaje ínfimo de la facturación global de estas compañías

La industria farmacéutica helvética es de enorme importancia mundial. Novartis y Roche son sus dos grandes protagonistas, y tienen una gran incidencia en el PBI de Suiza. Para que tomemos noción de su relevancia: están a la altura de Nestlé.

Roche, la era de las benzodiacepinas

Hoffmann-La Roche, tal el verdadero nombre de este laboratorio, tiene su sede principal en Basilea. Se destaca no sólo por sus medicamentos, sino también por su división de exámenes y diagnósticos.

En tiempos de pandemia, donde todos buscan vacunas y medicamentos milagrosos, cabe recordar que fue Roche quien en 1999 lanzó Tamiflu, el único medicamento considerado en cierta forma eficaz contra la gripe aviaria de tipo H5N1.

Los inicios en el Siglo XIX                                                                         

En 1894, Fritz Hoffmann-La Roche, junto con el farmacéutico Max Carl Traub, fundó Traub & Cia, un pequeño laboratorio que fabricaba y vendía productos químicos y preparados farmacéuticos. Posteriormente y con dinero de su padre, Hoffmann compró la empresa y en 1896 dio su nombre a la compañía, Hoffmann-La Roche, que hoy se conoce simplemente como Roche.

Poco tiempo después, en 1898, se lanzó al mercado Sirolin, un jarabe para la tos. El sabor a naranja lo convirtió rápidamente en un éxito comercial, y su presencia en el mercado duró más de medio siglo (la forma farmacéutica es tan importante hoy como lo era hace 100 años). Misma suerte corrió el Digalen, producto que se introdujo en 1904 y se comercializó hasta 1964.

Si bien Roche ya no comercializa vitaminas (vendidas en 2005 a Bayer), cabe destacar que fue el laboratorio que lanzó la síntesis de vitamina C (1933) bajo la emblemática marca Redoxon (ácido ascórbico). De hecho, fue durante muchos años un actor central en este segmento tan popular.

Las benzodiacepinas                                                                               

Los laboratorios suelen destacarse en determinadas especialidades médicas, como ser ginecología, gastroenterología o cardiología. En algunos casos muy puntuales, el objetivo es aún más acotado y sobresalen en algunos segmentos terapéuticos de dichas especialidades. Tal es el caso de Roche con los ansiolíticos, productos que manejan esencialmente neurólogos y psiquiatras.

Ya hace mucho tiempo, en 1909, Roche lanzó Pantopon, un medicamento para dolor, cólicos, espasmos, tos y estados de excitación y ansiedad. Contenía todos los alcaloides del opio en una forma estandarizada y sin material inerte. El Pantopon todavía se vende en algunos países, lo que lo convierte en el producto de Roche que más años ha durado en venta activa. En 1912 sale a la venta Sedobrol, que fue uno de los primeros tranquilizantes, hecho a base de un caldo de bromuro de sodio que se disolvía en agua caliente y se administraba entre comidas. Eran otros tiempos.

Pero la verdadera revolución vendría en la década del 50. Fue cuando se produjo el descubrimiento de las benzodiacepinas. ¿Sedar al paciente sin provocar somnolencia? Nada volvería a ser igual.  Todo comenzó con Valium (diazepam). La compañía entró en un período de crecimiento tal que en pocos años se cuadruplicaron las inversiones para la investigación y desarrollo. Fue Valium el producto estrella durante el período que Roche bautizó como «la era de las benzodiacepinas».

 

Una original y provocativa publicidad de Valium

 

Años más tarde, Roche reafirmó su liderazgo indiscutido en este segmento con Lexotanil (bromazepam) y especialmente con Rivotril (clonazepam), un verdadero blockbuster. Pero eso es historia ya conocida.

Biotecnología y desafíos

Roche ha sido una organización que superó varias tormentas. La primera de ellas se dio con el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que tuvo un impacto devastador sobre la empresa producto del boicot alemán. Adicionalmente, la influencia de la Revolución Bolchevique de 1917 y las pérdidas en los intercambios comerciales con el extranjero agravaron la crisis. Para colmo de males, en 1920 falleció su líder, Fritz Hoffmann. Serían las vitaminas las que, a la postre, sacarían a la compañía de este período tan sombrío. En este sentido, la nueva conducción, a cargo de Emil Barell, fue decisiva.

Hace varias décadas que la empresa entendió que gran parte del futuro pasaba por la biotecnología. Ya en 1980, los científicos de la compañía aislaron el interferón alfa puro y junto con Genentech (referente norteamericano en biotecnolgía) comenzaron a trabajar en la producción de una versión genéticamente tramada que dio a luz al producto Roferon-A. Un verdadero hallazgo.

En 2009, Roche termina de consagrarse como referente mundial en biotecnología al adquirir el 100% del capital de Genentech. Sucesivamente, la compañía fue lanzando marcas exitosas como Avastin, un anticuerpo monoclonal de enormes ventas, así como Actemra, Alecensa o Erivedge, entre tantas otras.

Roche es reconocida mundialmente por su división de exámenes y diagnósticos, y también en este caso la tecnología cumple un rol central. El foco creciente en innovación de técnicas de diagnóstico dio como resultado que muchas enfermedades pudieran detectarse antes y tratarse en forma más particular.

Corolario: los tratamientos cada vez más específicos consiguieron que la medicina personalizada sea una realidad.

Los 4 pilares de Roche en su historia

Hemos visto que la historia de esta organización suiza es tan extensa como rica y variada. Pero si uno tuviera que marcar los pilares que determinan su pasado, presente y futuro, debería detenerse en 4 de ellos: vitaminas, benzodiacepinas, diagnósticos y biotecnología.

Las vitaminas ya ni siquiera pertenecen a Roche, pero fueron un hito en su trayectoria, ya que le dieron renombre internacional a la empresa. Las benzodiacepinas y la unidad de diagnóstico quizás constituyan sus características más distintivas, mientras que la biotecnología marca el camino del futuro.

La compañía fue claramente adaptando su modelo de negocio a los distintos tiempos. Podrá parecer injusto resumir tamaña historia en solo 4 pilares, pero lo hago para que aquellos que no pertenecen a la industria puedan fácilmente identificar y valorar a este gigante farmacéutico.

Gregorio Zidar


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