Introducción
Existen varias formas de catalogar los medicamentos. Las más habituales son venta libre (OTC) y venta bajo receta (RX). Pero a éstas le agregaremos dos más: OTX y hospitalarios.
La principal característica de los medicamentos de venta libre es que no requieren una receta médica para su adquisición. Son conocidos por las siglas en inglés OTC: Over The Counter, cuya traducción es “venta sobre el mostrador”, significando que el consumidor puede elegirlo libremente en la farmacia.
Por el contrario, los productos farmacéuticos RX si requieren receta, y en algunos casos doble (ej. Psicofármacos). La sigla RX es un símbolo que se originó en los manuscritos medievales como una abreviatura del verbo latino tardío “récipe”, la forma imperativa de “recipere”. Este término significa «tomar así», como una instrucción a un farmacéutico, que precede a la receta del médico para preparar una medicación.
Los medicamentos OTX poseen características tanto de los RX como de los OTC, es por ello que la sigla refleja una combinación de ambas. Pero es importante señalar que técnicamente son de venta recetada, aunque por sus características se expenden sin receta. Un típico caso se da con el ibuprofeno 400 y 600mg. El primero es de venta libre, mientras que el segundo es RX. Sin embargo, al ser un producto de consumo habitual y con escasos efectos secundarios, el público suele solicitar los 600mg sin la receta.
El segmento de productos hospitalarios está compuesto por aquellos cuya prescripción y administración se deben hacer bajo la responsabilidad del servicio de farmacia de un hospital, ya sea por las características de los principios activos que entran en su composición, por sus indicaciones específicas, por sus especiales características de utilización o por necesitar reajuste continuado de dosis. Los envases de este tipo de productos suelen ser más grandes que el resto de las categorías (conteniendo varios blísteres, ampollas, etc.), y esto se debe a que los hospitales y sanatorios administran a sus pacientes diversas dosis y les resulta más práctico manejar blísteres sueltos y no envases tradicionales.
OTC, la categoría más conocida
Se trata de una categoría de medicamentos vendidos a los consumidores para que los utilicen por su propia iniciativa.
Los medicamentos de venta libre conforman un grupo de fármacos destinados al alivio, tratamiento o prevención de afecciones menores con los que se posee una amplia experiencia de uso. Han sido autorizados expresamente como tales por las autoridades sanitarias de cada país.
Los medicamentos de venta libre generalmente cumplen con las siguientes características:
- sus beneficios son mayores que sus riesgos potenciales
- poseen bajo potencial de uso indebido y abuso
- los consumidores pueden utilizarlos para afecciones que pueden reconocer en sí mismos
- no es necesaria la intervención de profesionales de la salud para su uso seguro y eficaz
Conforman, según lo manifestado por la Organización Mundial de la Salud, uno de los pilares del autocuidado: “lo que las personas hacen por sí mismas para mantener su salud, prevenir y tratar la enfermedad”; dentro del marco de lo que se denomina automedicación responsable, en la que el paciente trata sus enfermedades o síntomas con medicamentos sin prescripción.
Lo anterior es distinto a la automedicación, la cual consiste en la adquisición de medicamentos que requieren prescripción, sin contar con ella. La automedicación tiene consecuencias tanto económicas como sanitarias. Por un lado, puede implicar mayores gastos por intoxicación. Y, por otro lado, podría empeorar una enfermedad o generar una nueva. El abuso de antibióticos y psicofármacos en Argentina constituyen un excelente ejemplo (en Estados Unidos hay una epidemia de analgésicos opioides por su uso indiscriminado).
Una característica fundamental de este tipo de productos es que se pueden publicitar en los medios de comunicación masivos (algo prohibido para los RX). Es por ello que solemos escuchar o ver publicidades en radio, televisión y medios gráficos.
RX: la importancia de la receta médica
Estos medicamentos son también conocidos como “éticos”. Este rótulo se debe a la ética prescriptiva, la cual debería compatibilizar la calidad de la prescripción con los principios esenciales de la profesión médica, reflejados en la libertad de recetar y el respeto a los derechos del paciente.
Existe otra sigla para identificar estos productos: RP. En la Edad Media, la Iglesia católica, en su lucha contra el paganismo, obligó a los médicos en todos los países bajo su jurisdicción, a utilizar las iniciales del Responsum Raphaelis. Estas dos palabras simbolizaban al arcángel Rafael, cuyo nombre significaba «medicina de Dios» y era el ángel que preparaba remedios en la biblia.
Como el uso incorrecto de este tipo de medicamentos puede comportar consecuencias graves para la salud, las autoridades sanitarias exigen que, para su dispensación en farmacias, se presente una receta médica, hecho que implica que un galeno haya valorado la necesidad del tratamiento y haya recomendado la administración del fármaco con una pauta específica (qué dosis se debe tomar, con qué frecuencia y durante cuánto de tiempo).
La receta es un proceso clínico individualizado y dinámico. A pesar de su carácter personal y único, los patrones de prescripción pueden ser fuertemente influenciados por determinantes sociales, culturales y económicas.
Gregorio Zidar (h)