Cámaras empresariales
Introducción
Las cámaras empresarias son las entidades gremiales del sector empleador que reúnen a compañías de una misma actividad. Suelen agruparse en federaciones, por sector o región. Constituyen la contraparte de los sindicatos en las negociaciones colectivas. En el caso de la industria farmacéutica, la cámara general es la UIA (Unión Industrial Argentina) y específicamente los laboratorios se agrupan en CILFA, CAEME y COOPERALA.
En términos generales, los objetivos de las tres cámaras farmacéuticas son elevar la productividad, calidad y competitividad de sus negocios. Las personas que la conforman eligen a sus autoridades para definir las políticas a implementar. En definitiva, las cámaras son como cualquier organización, es decir, hay un directorio (con un presidente) y empleados para manejar su administración.
CILFA
CILFA, las siglas que denominan a la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos, fue creada en 1964 con el objeto de defender y prestigiar al sector farmacéutico. Don Luis Baliarda (padre), un prócer de la industria, fue su primer presidente.
A comienzos de la década del 60, la industria crecía y más laboratorios se expandían en el país. Todas las empresas farmacéuticas, nacionales o extranjeras, formaban parte de CAEME. El problema era que, dentro de dicha cámara, existía una fuerte presión de parte de los laboratorios multinacionales para adecuar a las compañías nacionales a nuevas reglas que permitieran el patentamiento de las fórmulas farmacéuticas que provenían del extranjero.
Las grandes corporaciones mundiales ni siquiera querían dejar producir a los laboratorios nacionales, aún si éstos le pagaban regalías. La industria local entendió que había que defender aún más la libertad y los intereses del país. De ese modo, Rubén Abete y un grupo de colegas, entre los que se encontraban Antonio Argüelles, Eugenio Casasco, Saúl Breitman y Luis Baliarda, decidieron a dar el gran paso: constituir una cámara nacional. Esa fue la piedra fundacional de CILFA.
En los inicios, el trabajo fue arduo y repleto de obstáculos. La década del 60 fue testigo de políticas económicas gubernamentales erráticas, derivadas (o causantes) de la inestabilidad económica que transitaba el país (¡en rigor de verdad todas las décadas fueron así!). Por ello, la conformación de CILFA sirvió para unir y robustecer al sector farmacéutico nacional frente al crecimiento de los laboratorios extranjeros.
Ya han pasado más de 55 años recorridos con un excepcional espíritu nacionalista. En la actualidad, el rango de participación de la industria nacional en el mercado de productos medicinales que se comercializan en Argentina es mayor que el de laboratorios extranjeros, un hito casi único en el mundo. Como dicen los técnicos de fútbol: “es todo mérito de los jugadores (laboratorios)”. Pero todos sabemos que algo tiene que ver el DT (CILFA).
Logos de CILFA a través del tiempo
CAEME
La Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), una asociación constituida en 1925, agrupa a los laboratorios extranjeros que están comprometidos con la promoción de la propiedad intelectual. Su eslogan, “distinguir el medicamento original es alentar la investigación”, transmite con claridad el mensaje de las compañías multinacionales.
Una patente es un conjunto de derechos exclusivos concedidos por un Estado al inventor de un nuevo producto o tecnología, susceptibles de ser explotados comercialmente por un período limitado de tiempo (por lo general 20 años en el caso de los medicamentos). En definitiva, la patente en el sector farmacéutico sirve para proteger y reconocer la investigación y desarrollo de un medicamento, que lleva mucho tiempo y recursos. Pero sobre todo acarrea un enorme riesgo ya que son pocas las moléculas que salen al mercado en relación con las que se investigan y prueban. Las vacunas contra el coronavirus constituyen una prueba palmaria de esta realidad.
La industria nacional ha demostrado producir medicamentos de idéntica calidad a los originales con un menor precio, redundando en beneficios económicos no sólo para el paciente, sino también para el sistema de salud. En los últimos años, incluso la ANMAT ha exigido a las compañías locales realicen estudios de bioequivalencias sobre determinados fármacos para demostrar que son idénticos.
COOPERALA
La Cámara Empresaria de Laboratorios Farmacéuticos (COOPERALA) fue fundada en 1959 y está compuesta por laboratorios de capitales nacionales. Se diferencia de CILFA por el tamaño (más pequeño) y el tipo de negocio (más abocado al rubro de genéricos) de sus integrantes, aunque hay varias excepciones como el caso de Raffo y Montpellier. El objetivo de su creación ha sido la coordinación del accionar de los asociados, con el fin de aportar a la gestión de sus empresas, así como brindarles asesoramiento y representar sus intereses ante los organismos nacionales e internacionales.
Gregorio Zidar (hijo)